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viernes, 21 de diciembre de 2012

EL CLUD DE LOS CORAZONES SOLITARIOS.

El Club de los Corazones Solitarios (Elizabeth Eulberg)
Sinopsis: Esta historia comienza con un corazón roto, el de Penny Lane Bloom. Pero no le va a volver a pasar, ya que decide formar el Club de los Corazones Solitarios y no quedar con chicos nunca más. Poco a poco sus amigas se van sumando, y antes de decir “Beatles”, el Club se convierte en una... Ver mas

viernes, 14 de diciembre de 2012

El año que "trafiqué" con mujeres
ANTONIO SALAS

Por fin, en un ambiente más distendido, la rumana comenzó a relatar, ante mi cámara oculta, su currículo profesional, que incluía haber compartido agencia con algunas de las cantantes, actrices o presentadoras más famosas de España, ejerciendo con ellas la prostitución en absoluto secreto. Priscila trabajaba en un local de alterne convencional, hasta que uno de sus clientes habituales, un conocidísimo abogado madrileño, le propuso cambiar de lugar de trabajo y le dio el número de teléfono de una agencia. Transcribo el español casi perfecto de Priscila, tal y como lo grabó mi cámara oculta:

-Cuando llamé por primera vez me preguntaron la edad, si tengo celulitis, estrías. Les he dicho que tengo 27, aunque tenía ya 28, y la edad máxima eran 25. Pero cuando me han visto se han quedado encantados y me han hecho fotos en bañador y todo, y bueno, bien. Pero yo por ser normal y corriente, el precio eran 150.000.

martes, 11 de diciembre de 2012

Los dos reyes y los dos laberintos




Los dos reyes y los dos laberintos

Jorge Luis Borges
El Aleph
Cuentan los hombres dignos de fe (pero Alá sabe más) que en los primeros días hubo un rey de las islas de Babilonia que congregó a sus arquitectos y magos y les mandó a construir un laberinto tan perplejo y sutil que los varones más prudentes no se aventuraban a entrar, y los que entraban se perdían. Esa obra era un escándalo, porque la confusión y la maravilla son operaciones propias de Dios y no de los hombres. Con el andar del tiempo vino a su corte un rey de los árabes, y el rey de Babilonia (para hacer burla de la simplicidad de su huésped) lo hizo penetrar en el laberinto, donde vagó afrentado y confundido hasta la declinación de la tarde. Entonces imploró socorro divino y dio con la puerta. Sus labios no profirieron queja ninguna, pero le dijo al rey de Babilonia que él en Arabia tenía otro laberinto y que, si Dios era servido, se lo daría a conocer algún día. Luego regresó a Arabia, juntó sus capitanes y sus alcaides y estragó los reinos de Babilonia con tan venturosa fortuna que derribo sus castillos, rompió sus gentes e hizo cautivo al mismo rey. Lo amarró encima de un camello veloz y lo llevó al desierto. Cabalgaron tres días, y le dijo: "Oh, rey del tiempo y substancia y cifra del siglo!, en Babilonia me quisiste perder en un laberinto de bronce con muchas escaleras, puertas y muros; ahora el Poderoso ha tenido a bien que te muestre el mío, donde no hay escaleras que subir, ni puertas que forzar, ni fatigosas galerías que recorrer, ni muros que veden el paso." Luego le desató las ligaduras y lo abandonó en la mitad del desierto, donde murió de hambre y de sed. La gloria sea con aquel que no muere.
FIN

martes, 4 de diciembre de 2012

La violencia de género es una escandalosa realidad que cada día se extiende más  y afecta a toda la sociedad.  Es la evidencia diaria de nuestras contradicciones y una exigencia inmediata para reflexionar sobre los problemas que están en su origen.
Sus consecuencias son terribles; miles, cientos de miles de mujeres viven atemorizadas ante una continua situación de terror físico y psicológico en sus hogares y entorno más inmediato.
Sorprendentemente, los causantes de este mal, no son hombres extraños a las víctimas.
Son sus propios maridos, novios o parejas quienes maltratan.
Los agresores, en su gran mayoría, no son hombres diferentes, especiales o enfermos. Son hombres comunes, ciudadanos típicos, en muchos casos modélicos, amables, reconocidos y, a menudo, respetuosos y cordiales en su trabajo
Son hombres que basan su seguridad personal en valores que representan el estereotipo tradicional masculino; la imposición a través de la fuerza física, la competencia, la agresividad y un estatus de superioridad y privilegio con respecto a la mujer. Son hombres que no están siendo capaces de reconvertirse hacia un tipo de relaciones igualitarias, basadas en el respeto mutuo.
Los agresores, no son mayoría, ni mucho menos. Pero... ¿y el resto? ¿Dónde estamos y qué hacemos el resto de los hombres?

lunes, 3 de diciembre de 2012

COMO AGUA PARA CHOCOLATE

Tita era una niña tan sensible que desde que estaba en el vientre de su madre lloraba, un día su sollozo fue tan fuerte que provocó que esta naciera antes de tiempo, nació en la cocina de su casa cuando su madre preparaba la comida, entre los olores de la comida lloraba tal vez porque desde que nació ya sabía que el matrimonio estaba negado para ella según los relatos de Nacha.

A los dos días de que nació Tita su padre murió de un infarto al enterarse que Gertrudis, la segunda hija de Doña María Elena, no era hija de él sino del gran amor de su esposa así que Nacha se tuvo que hacer cargo de la crianza de Tita ya que a su madre del susto se le fue la leche, entonces Tita se mudó a la cocina donde los olores de la comida era los que marcaban sus hábitos alimenticios, Tita creció y aprendió a conocer el mundo de la cocina perfectamente convirtiéndose este en su único mundo sin que pudiera entender muy bien el mundo fuera de la cocina todo lo contrario de sus hermanas a quienes les atemorizaba la cocina porque lo encontraban lleno de peligros incógnitos.

Un día Tita enseñaba a sus hermanas como las gotas de agua bailaban en el comal caliente, Rosaura la miraba desde un rincón atemorizada, Gertrudis en cambio bailando siguió el juego con Tita, Rosaura al verlas se acercó al comal pero al forcejear con Tita se cayó en el comal así que Tita fue severamente castigada con una golpiza por su madre y se le prohibió que jugara con sus hermanas en la cocina.

La vida de Tita fue siempre la cocina allí creció y se enamoró de Pedro Musquis sin que se imaginara que el matrimonio estaría negado para ella, ya que según la costumbre de la familia de su madre era que la hija menor de la familia se tenía que hacer cargo de la madre hasta que esta falleciera.

Cuando Pedro le confesó a Tita que estaba enamorado de ella ésta se ilusionó y le dijo que hablaría con su madre para que fuera él y su padre a hablar con su madre y así poder casarse, sin embargo ella no se imaginó lo que su madre tenía destinado para ella, cuando Tita habla con su madre y le dice lo que Pedro pretende hacer la madre le recuerda la costumbre de su familia, Tita por supuesto quiere protestar y pelea su derecho al matrimonio, sin embargo su madre sin más explicaciones le ordena que se calle. Aun así al día siguiente Pedro y su padre el señor Pascual llegan a la casa de Doña María Elena decididos a pedir la mano de Tita para que se case con Pedro, sin embargo se decepcionan cuando la madre de Tita les habla de la costumbre de su familia, pero se sorprenden cuando les ofrece a su hija Rosaura que según ella está lista para el matrimonio y el más sorprendido es Don Pascual cuando Pedro acepta a Rosaura como esposa.

Cuando se retiran Don Pascual y su hijo de la casa de Doña María Elena éste le pregunta a Pedro por que aceptó casarse con Rosaura y él le contestó que al ver la negación tan rotunda de la madre de Tita esa era la única forma en la que podría estar cerca de ella, su padre sin entender muy bien la decisión de su hijo la aceptó y lo apoyó en lo que él había decidido. 

Doña María Elena entró a la cocina donde estaban Rosaura, Gertrudis, Nacha, Chencha y Tita a las que dijo que Pedro se casería con Rosaura, todas se sorprendieron y Tita sintió que el mundo se le derrumbaba, pero fue advertida por su madre para que no se interpusiera ni se metiera en la decisión que ella había tomado.
Tita se la pasó en su cuarto toda la noche llorando y tejiendo hasta que terminó una cobija que cuando la terminó se acostó a dormir, Nacha entró llevándole una charola con comida y le platicó lo que había oído decir a Pedro cuando su padre le preguntaba porque había aceptado a Rosaura coma esposa, Tita le pidió a Nacha que no le hablara de eso y que la dejara sola.

El día que fueron hacer la petición de mano oficial de Rosaura, Tita no se apareció en la sala para nada, entonces su madre entró a la cocina, le regañó y como castigo le ordenó que se hiciera cargo del banquete de la boda.

Pedro buscó a Tita para tratar de explicarle la razón de su decisión, pero Tita no lo quiso oírlo y se limitó a seguir cocinando, este al ver que ella no quería hablar con él se retiró convencido de que se estaba sacrificando por su amor, ella sólo se dejaba consolar por Nacha para quien Tita era como su hija.

COMO AGUA PARA CHOCOLATE
Laura Esquivel 1989

Quien se ha llevado mi queso.

La narración comienza presentando a los cuatro vientos protagonistas de la fábula: los ratones "fisgón" y "escurridizo" y los liliputienses "Hem" y "Haw" y sus búsquedas de queso en un laberinto que representa el mundo real. Los ratones buscan un queso simple, mientras que los liliputienses buscan un Queso con mayúscula que representa cualquier cosa que queramos alcanzar (la felicidad, el trabajo, el dinero, el amor)[2] .
Cada uno encontró un día su propia clase de queso en el depósito de Queso Q. Cada vez se sentían más cómodos y trasladaron sus hogares para estar más cerca y crear su vida social alrededor de ese lugar. Hem y Haw se sentían tan a gusto que no se dieron cuenta de que la provisión de queso disminuía cada día que pasaba.
Un día los ratones llegaron al depósito de Queso Q y descubrieron que no había queso. Los ratones sí se habían percatado de que cada día había menos queso y el cambio no los cogió desprevenidos. Instintivamente, se pusieron las zapatillas de correr y partieron en busca de Queso Nuevo[2] .
Más tarde llegaron los liliputienses que no estaban preparados para descubrir que no había Queso. Mientras que los ratones se habían puesto en marcha con rapidez, los liliputienses continuaban indecisos sin saber que hacer. Volvieron a sus casas con hambre y desanimo. Regresaron al día siguiente al depósito Sin Queso para comprobar que el Queso seguía sin estar ahí. Hem creía tener derecho al Queso mientras que Haw sugirió buscar algo de Queso Nuevo, a lo que Hem se negó.
Mientras las personitas seguían indecisos los ratones ya se habían puesto a buscar Queso Nuevo en el laberinto hasta que finalmente llegaron al depósito de Queso N donde encontraron una gran reserva de Queso Nuevo.
Mientras, Hem y Haw seguían regresando cada día al depósito de Queso Q, limitándose a esperar. Un día se les ocurrió que quizás el Queso pudiese estar detrás de la pared por lo que al día siguiente abrieron un agujero en la pared del depósito de Queso Q pero no encontraron ningún Queso.
Un día Haw se calzó las zapatillas de correr y se dispuso a explorar el laberinto, pero no logró convencer a Hem para que lo acompañara.
Durante algunos días fue encontrando un poco de Queso aquí y allá. Más tarde comprendió que el Queso del depósito de Queso Q no había desaparecido de repente, y que se si hubiese mantenido alerta el cambio no le habría cogido desprevenido. Algo más tarde se encontró con un prometedor depósito de Queso que resultó estar vacío. Continúo inspeccionando el laberinto y superando sus miedos. Al poco tiempo distinguió un depósito de Queso con trozos de Queso Nuevo en la entrada, pero al entrar descubrió que también estaba vacío. Alguien había estado allí y llegó a la conclusión de que si hubiera llegado antes muy probablemente habría encontrado una buena provisión de Queso Nuevo.
Decidió volver sobre sus pasos para comprobar si Hem se unía a él en la búsqueda de Queso Nuevo. Llegó al depósito de Queso Q y le ofreció unos trozos de Queso Nuevo a Hem pero éste los rechazó ya que no creía que le fuese a gustar y solo quería que le devolviesen su propio Queso. Algo más tarde, Haw volvió a marcharse solo y regresó al punto más alejado que había alcanzado en el laberinto.
Durante unos días encontró un poco de queso aquí y allá hasta que un día encontró el Queso Nuevo en el depósito de Queso N. Allí descubrió la presencia de los ratones que ya llevaban allí desde hacía un tiempo. Se saludaron y Haw se dedicó a probar sus Quesos favoritos. Haw pensó en volver al depósito de Queso Q y encontrar a Hem pero comprendió que ya había intentado que su amigo cambiara. Hem tendría que encontrar su propio camino.
Para evitar que el cambio le volviera a coger desprevenido Haw comprobaba cada día el estado en el que se encontraba su Queso y aunque disponía de grandes reservas realizaba salidas por el laberinto para explorar zonas nuevas y no aislarse en su zona de comodidad. En una de esas salidas escuchó un sonido de un movimiento en los recovecos del laberinto y pensó que podría ser Hem y confió en que quizá, por fin, su amigo fuera finalmente capaz de moverse con el Queso y disfrutarlo.
La moraleja de este libro es que cada uno debe confiar en lo que quiere hacer y no dejar de luchar por cualquier cambio que hay en la vida siempre con optimismo y confianza.