Las empresas
se encuentran en un entorno cada vez más competitivo donde desarrollar sus
actividades comerciales, con la necesidad de consolidar su negocio, creciendo
en tamaño y ventas con el fin de asegurar su supervivencia. En este sentido, el
concepto de las NOF (Necesidades Operativas de Fondos) es una partida
estrechamente vinculada al ciclo de explotación de la empresa, ya que recoge el
volumen necesario de fondos para desarrollar la actividad de la empresa sin que
se produzcan desequilibrios de tesorería. Las NOF, al representar el núcleo de
la actividad de la empresa, su evolución está vinculada al desarrollo de la
variable cifra de negocio de la entidad.
Matemáticamente,
la magnitud de las NOF se obtiene al restar al Activo Circulante Operativo, el
Pasivo Circulante Operativo. El primero refleja el volumen total de inversión
media de las partidas de existencias en almacén, clientes o cuentas a cobrar y
tesorería mínima operativa, mientras que, el segundo, se entiende como la
financiación obtenida de los pasivos a corto plazo generados de forma
espontánea o no negociada, derivado de las operaciones de la empresa, y las
partidas más importantes que aglutina, se pueden citar las cuentas a pagar
(proveedores y acreedores) y Hacienda Pública (Seguridad Social, Impuesto sobre
Sociedades...).
La
importancia de mantener unas NOF equilibradas en la gestión financiera de la
empresa se refleja en el hecho que en épocas de crecimiento del volumen de
negocio, la situación más habitual en la empresa, es que el cash flow generado
sea insuficiente para cubrir los incrementos de las NOF. Por ello, ésta se
puede ver obligada a recurrir a otras fuentes de financiación, que de no haber
sido planificadas con antelación pueden provocar tensiones financieras en la
empresa. La elección de estas fuentes de financiación debe ser una cuestión
primordial para la empresa, dotándolas de estabilidad en el tiempo, con el fin
de minimizar su coste financiero y disponer de recursos negociados como, por
ejemplo, pólizas de crédito y descuento de efectos, permitiendo afrontar
eventuales incrementos en las NOF, derivadas de la favorable evolución en la
cifra de negocio.
Para el
cálculo de las NOF, hay que basarse en los siguientes componentes: Existencias
medias en almacén, saldo medio de clientes, disponible mínimo necesario, saldo
medio de proveedores y de otros acreedores.
En cuanto a
las existencias medias en almacén, calcularemos la inversión que por término
medio se tiene que soportar como consecuencia de mantener un stock mínimo de
productos necesarios para atender con puntualidad los pedidos de los clientes.
Por ello, es conveniente con el fin de reducir la magnitud de las NOF optimizar
el inventario en existencias en el almacén en la medida de lo posible, o bien
negociar que sean los proveedores los que almacenen las materias primas. La
inversión en stock, está en función del periodo de tiempo que por término
medio, permanezcan las existencias en el almacén y del coste de las ventas.
Mediante el
saldo medio de clientes o cuentas a cobrar se calcula la inversión que por
término medio se mantiene con los clientes por las ventas pendientes de cobro.
El importe de este saldo se obtiene conociendo el volumen de ventas anuales
incluyendo el IVA repercutido y el plazo medio de cobro, entendiendo éste como
el tiempo que por término medio se difiere el cobro de las facturas.
La empresa
necesita disponer de un mínimo de tesorería operativa, con el cual hacer frente
a posibles imprevistos derivados de la actividad de la empresa que puedan
alterar su equilibrio financiero. La determinación del importe de la tesorería
operativa depende en gran medida de la naturaleza de las compras y ventas de la
empresa, de su posible estacionalidad en la corriente de cobros y pagos, puesto
que puede haber empresas que concentren sus compras en periodos cortos de
tiempo.
El saldo
medio de proveedores recoge las cuentas a pagar que actúan como fuentes de
financiación espontánea, al permitir los proveedores diferir las obligaciones
de pago que se tiene con ellos. Este saldo está en función del plazo medio de
pago, es decir, el tiempo que por término medio se tarda en pagar las compras
realizadas a los proveedores y el importe de las compras anuales.
Por último,
el saldo medio de otros acreedores aglutina el conjunto de servicios recibidos
durante el año en concepto de arrendamientos, reparaciones, seguros, etc.,
obteniendo mediante esta vía el plazo medio de pago a los acreedores de la
empresa.
La empresa
para financiar sus NOF, debe poder descomponer por un lado el componente
estable de las mismas, obteniendo su evolución y variación a lo largo del
ejercicio. Dicho comportamiento estable debe nutrirse para alcanzar el deseado
equilibrio financiero, del excedente de financiación proveniente del Activo
Fijo, o lo que es lo mismo el Fondo de Maniobra. Por otro lado, la entidad
deberá evaluar el componente aleatorio de las necesidades de financiación, que
varían en función del sector y la tipología de la empresa, financiando este
componente mediante recursos negociados a corto plazo, como puedan ser el
descuento de efectos y las pólizas de crédito, proporcionando un colchón
financiero necesario para evitar situaciones que pongan en peligro el
equilibrio financiero.
En
conclusión, la correcta gestión de las NOF no debe tratarse solamente en el
ámbito exclusivo de las finanzas operativas asociadas al ciclo de explotación,
ya que tiene un importante impacto sobre la estrategia financiera afectando al
medio y largo plazo de la entidad, puesto que unas NOF no presupuestadas pueden
provocar que ante incrementos de la cifra de negocios, la empresa se vea
obligada a recurrir al consumo de recursos ajenos, provocando un incremento del
coste financiero, mermando la liquidez y rentabilidad de la empresa, afectando
a las posibilidades y expectativas de crecimiento futuro de la misma.
Preguntas a contestar