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viernes, 5 de diciembre de 2014

¿Qué se entiende por las NOF?


Las empresas se encuentran en un entorno cada vez más competitivo donde desarrollar sus actividades comerciales, con la necesidad de consolidar su negocio, creciendo en tamaño y ventas con el fin de asegurar su supervivencia. En este sentido, el concepto de las NOF (Necesidades Operativas de Fondos) es una partida estrechamente vinculada al ciclo de explotación de la empresa, ya que recoge el volumen necesario de fondos para desarrollar la actividad de la empresa sin que se produzcan desequilibrios de tesorería. Las NOF, al representar el núcleo de la actividad de la empresa, su evolución está vinculada al desarrollo de la variable cifra de negocio de la entidad.
Matemáticamente, la magnitud de las NOF se obtiene al restar al Activo Circulante Operativo, el Pasivo Circulante Operativo. El primero refleja el volumen total de inversión media de las partidas de existencias en almacén, clientes o cuentas a cobrar y tesorería mínima operativa, mientras que, el segundo, se entiende como la financiación obtenida de los pasivos a corto plazo generados de forma espontánea o no negociada, derivado de las operaciones de la empresa, y las partidas más importantes que aglutina, se pueden citar las cuentas a pagar (proveedores y acreedores) y Hacienda Pública (Seguridad Social, Impuesto sobre Sociedades...).
La importancia de mantener unas NOF equilibradas en la gestión financiera de la empresa se refleja en el hecho que en épocas de crecimiento del volumen de negocio, la situación más habitual en la empresa, es que el cash flow generado sea insuficiente para cubrir los incrementos de las NOF. Por ello, ésta se puede ver obligada a recurrir a otras fuentes de financiación, que de no haber sido planificadas con antelación pueden provocar tensiones financieras en la empresa. La elección de estas fuentes de financiación debe ser una cuestión primordial para la empresa, dotándolas de estabilidad en el tiempo, con el fin de minimizar su coste financiero y disponer de recursos negociados como, por ejemplo, pólizas de crédito y descuento de efectos, permitiendo afrontar eventuales incrementos en las NOF, derivadas de la favorable evolución en la cifra de negocio.
Para el cálculo de las NOF, hay que basarse en los siguientes componentes: Existencias medias en almacén, saldo medio de clientes, disponible mínimo necesario, saldo medio de proveedores y de otros acreedores.
En cuanto a las existencias medias en almacén, calcularemos la inversión que por término medio se tiene que soportar como consecuencia de mantener un stock mínimo de productos necesarios para atender con puntualidad los pedidos de los clientes. Por ello, es conveniente con el fin de reducir la magnitud de las NOF optimizar el inventario en existencias en el almacén en la medida de lo posible, o bien negociar que sean los proveedores los que almacenen las materias primas. La inversión en stock, está en función del periodo de tiempo que por término medio, permanezcan las existencias en el almacén y del coste de las ventas.
Mediante el saldo medio de clientes o cuentas a cobrar se calcula la inversión que por término medio se mantiene con los clientes por las ventas pendientes de cobro. El importe de este saldo se obtiene conociendo el volumen de ventas anuales incluyendo el IVA repercutido y el plazo medio de cobro, entendiendo éste como el tiempo que por término medio se difiere el cobro de las facturas.
La empresa necesita disponer de un mínimo de tesorería operativa, con el cual hacer frente a posibles imprevistos derivados de la actividad de la empresa que puedan alterar su equilibrio financiero. La determinación del importe de la tesorería operativa depende en gran medida de la naturaleza de las compras y ventas de la empresa, de su posible estacionalidad en la corriente de cobros y pagos, puesto que puede haber empresas que concentren sus compras en periodos cortos de tiempo.
El saldo medio de proveedores recoge las cuentas a pagar que actúan como fuentes de financiación espontánea, al permitir los proveedores diferir las obligaciones de pago que se tiene con ellos. Este saldo está en función del plazo medio de pago, es decir, el tiempo que por término medio se tarda en pagar las compras realizadas a los proveedores y el importe de las compras anuales.
Por último, el saldo medio de otros acreedores aglutina el conjunto de servicios recibidos durante el año en concepto de arrendamientos, reparaciones, seguros, etc., obteniendo mediante esta vía el plazo medio de pago a los acreedores de la empresa.
La empresa para financiar sus NOF, debe poder descomponer por un lado el componente estable de las mismas, obteniendo su evolución y variación a lo largo del ejercicio. Dicho comportamiento estable debe nutrirse para alcanzar el deseado equilibrio financiero, del excedente de financiación proveniente del Activo Fijo, o lo que es lo mismo el Fondo de Maniobra. Por otro lado, la entidad deberá evaluar el componente aleatorio de las necesidades de financiación, que varían en función del sector y la tipología de la empresa, financiando este componente mediante recursos negociados a corto plazo, como puedan ser el descuento de efectos y las pólizas de crédito, proporcionando un colchón financiero necesario para evitar situaciones que pongan en peligro el equilibrio financiero.
En conclusión, la correcta gestión de las NOF no debe tratarse solamente en el ámbito exclusivo de las finanzas operativas asociadas al ciclo de explotación, ya que tiene un importante impacto sobre la estrategia financiera afectando al medio y largo plazo de la entidad, puesto que unas NOF no presupuestadas pueden provocar que ante incrementos de la cifra de negocios, la empresa se vea obligada a recurrir al consumo de recursos ajenos, provocando un incremento del coste financiero, mermando la liquidez y rentabilidad de la empresa, afectando a las posibilidades y expectativas de crecimiento futuro de la misma.

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